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De camino a la oficina escuchando la radio, una cuña de una entidad bancaria me ha hecho pensar en la lista de los nuevos y buenos propósitos que hacemos todos al empezar el año. Estamos en el 2008, tenemos 49 semanas (ya he restado las tres que llevamos) para conseguir nuestros objetivos así que no nos desanimemos y adelante con ellos.
La lista es interminable y variada, pero por lo que oigo en mi trabajo puedo decir que los más comunes son: perder esos kilos de más, aprender algún idioma que en el caso de los españoles es el inglés, hacer al menos un viaje, leer mínimo tres libros al año, todo un record ¿no?, practicar algún deporte, ordenar las fotografías, ser más paciente y calmado, comer más sano, practicar más sexo, beber con moderación, prestar más atención a los amigos, bajar el consumo de chocolate (este es exclusivo de la lista femenina), no dar importancia a esas cosas que no la tienen, etcétera, etcétera.
Leyendo esta lista mi conclusión es que los españoles somos bastante aburridos, no nos proponemos grandes cambios, queremos seguir con nuestras vidas más o menos montadas y nos conformamos con haber tenido la intención porque en realidad el conseguir o no nuestros propósitos no nos preocupa demasiado, porqué si no lo haríamos ¿verdad?
A pesar de mi crítica me voy a permitir frivolizar y confesaré que uno de mis propósitos dentro de una larga lista, es que todo el vino y cava que beba durante este año debe ser bueno o buenísimo. Ante todo calidad y no cantidad. Y si no lo cumplo no tengo excusa porque vivo entre las denominaciones de origen Somontano y Costers del Segre.
Un secreto: Chris acaba de descorchar una botella de vino tinto Otto Bestué que me encanta.
¡Salud y hasta pronto! 🙂
slow Spain 